Hacerse una mamografía
De cómo la prueba médica que asusta a muchas mujeres no es para tanto y sirve para mucho
El lunes fui a hacerme una mamografía. Una prueba que me llevo haciendo, cada año, desde poco después de cumplir los 30. Antes, me habían controlado con ecografías. Mi situación es algo excepcional, porque estoy en un programa de prevención del cáncer de mama algo específico, porque mi madre murió de esta enfermedad a los 40 años, la misma edad que yo tengo ahora. Por eso, me revisan de manera minuciosa, porque cumplo con unos criterios que requieren de cierta vigilancia. Con tantos años acudiendo a esta prueba, ya he conseguido dominar los nervios y rebajar los miedos. Para mí es ya como pasar la ITV del coche o hacerme la limpieza en el dentista. Si hay algo malo, me habrá salido hace muy poco, porque no me salto ni una revisión, me gusta decirme a mí misma.
Durante años he sido, además, un bicho raro, porque la edad para hacerse la primera mamografía suele rondar los 45, y en la sala de espera siempre me encontraba con mujeres mucho más mayores que yo. En esa edad suelen empezar las pruebas de cribado con las que Sanidad revisa a todas las mujeres, de manera voluntaria, que reciben una carta en su buzón y pueden acudir a un centro médico a echarle un vistazo al estado de sus mamas. Pero yo ahora ya me he acercado a esa edad del cribado lo suficiente como para haber empezado a tener a amigas y conocidas a punto de enfrentarse a su primera mamografía. Y en todas he detectado siempre unos miedos poco fundados que responden más al desconocimiento del proceso que a lo que en realidad supone pasar por una. Así que he decidido contarte el proceso para que cuando te toque a ti o a alguien que tengas cerca, pueda servirte de ayuda para entender mejor de qué va la cosa.
¿Me va a doler?
La mamografía tiene muy mala fama. Las imágenes que a veces aparecen en la tele, con tetas espachurradas en un aparato, no ayudan mucho. Pero la realidad es que es una prueba indolora y cero invasiva. ¿Molesta que te den un pellizco? Pues un poco, pero en cuanto te sueltan, no te deja dolor, ni marca. Pues con esto, lo mismo. Cuando llegues a la prueba, una técnico de rayos te pedirá que te quites la parte de arriba y el sujetador y te colocará en el aparato donde apoyarás, primero una mama y, después, la otra. En ambos casos te las aplastará un poco entre dos paredes de metacrilato, se acercará a su sitio de disparo, le dará un botón y listo. Un par de segundos por teta. En total, ni dos minutos en la sala. Dependiendo del momento del ciclo menstrual (si aún tienes la regla), en el que te encuentres, puede molestar te más o menos. Pero como te sucede sin hacerte una mamografía. Y como puntos a favor: no hay que hacer nada antes de la prueba (ni ir en ayunas, ni tomar nada), no deja marcas después, no duele más tarde y no supone riesgo. Te la hacen y te vas como si nada. Hay mujeres que sienten dolor. No es mi caso. Pero ya os digo yo, que es un apretón bien rápido.
¿Cuándo me tengo que hacer una mamografía?
Pues esto te lo dirá tu médico. El programa de cribado del cáncer de mama es distinto según la comunidad autónoma, pero casi todos son iguales. A partir de una edad, todas las mujeres reciben una carta o SMS para ofercerles una cita para realizarse una mamografía. No tienen que haber tenido síntomas ni antecedentes. Tampoco haberse notado un bulto. El cribado, como su nombre indica, es para cribar. Para hacer pruebas a muchas personas y detectar tumores entre personas sanas. Es la mejor prevención posible. De todos modos, si en algún momento, tengas la edad que tengas, te has encontrado algo raro en una teta, te duele de manera extraña o simplemente no estás tranquila, pide cita en tu médico de familia y explícale tu situación. Ellos te dirán cuál es el siguiente paso a dar. Si como en mi caso, tienes antecedentes muy directos, coméntaselo a tu médico de cabecera también y te guiarán en el proceso. La prevención es siempre la clave. Y piensa que cuando estás super nerviosa en la sala de espera, antes o después de entrar a la prueba, el resto de mujeres que hay a tu alrededor, están igual que tú.
¿Cuándo me dicen si tengo algo?
Cuando acudes a una mamografía rutinaria, después de la prueba no sabrás los resultados. Básicamente porque las imágenes que te toman las tiene que revisar un radiólogo o radióloga y no están a cada momento haciéndolo, sino que van analizando todas las que hay y las informan. Cuando te hagan la prueba, probablemente tengas que esperar unos minutos a que un técnico de rayos te avise de que la prueba se ha hecho bien. Es decir, que las ‘fotos’ internas de tus tetas se han registrado de manera correcta para que las vea el médico. Pero no te darán el diagnóstico. Muchas veces, te pedirán una segunda prueba o repetir la que te acabas de hacer. Tranquila, también es normal. En ocasiones no se ha grabado bien la imagen o tu mama es muy densa y se deja ver poco. En ese caso, no te asustes si te completan la prueba con una ecografía de mama. Es habitual y cero dolorosa. Además, cuando me hacen ecografías le suelo preguntar a la radióloga si ve algo raro. Son super amables.
Pero vamos al asunto. Los resultados de tu mamografía se suelen enviar por carta. Se lo pregunté el martes a mi doctora, para asegurarme de contarlo bien, porque como yo estoy en otro sistema, a mí las mamografías y ecografías me las ve un médico siempre, y me lo completa con una exploración. Pero esto es mi caso. Quienes vais o iréis por rutina, recibiréis una carta o SMS. Con esa información, ya hasta la próxima revisión.
Todo no siempre es de color de rosa. Yo he tenido varios sustos que se han quedado ahí, por lo que conozco el proceso más allá de la mamografía. Pero hasta en eso, las unidades de mama son un gran orgullo. Ah y este año, encima, me ha ido todo fenomenal. La ITV está pasada hasta el año que viene.
Y poco más que contar de la experiencia, más allá de que los beneficios son muchísimos más grandes que los perjuicios. Así que si tenías alguna duda sobre cómo va a ser tu primera vez, espero habértelo dejado claro y ayudarte a evitar los miedos lógicos. La prevención salva vidas, no es una frase hecha. Y encima tenemos la suerte de vivir en un país con un sistema sanitario de primera. Así que aprovecha las oportunidades que nos dan y no te saltes tu revisión cuando llegue el momento.
Si tienes miedo o te sientes insegura, escríbeme. Estaré encantada de intentar ayudarte.
💁🏽♀️ Ayúdame: Esta carta sólo llega por correo, no la encontrarás en ningún sitio más. Comparte si quieres algo de esta newsletter en tus redes y etiquétame o usa el hashtag #capturadepantalla para ayudarme a llegar también a tus amigos. También me puedes recomendar si tú también tienes una newsletter. Me ayudará a volver a tener lectores, que con la mudanza los he perdido.
💌 Suscríbete: Si has llegado aquí porque alguien te ha hecho llegar esta newsletter, puedes apuntarte para que te llegue la semana que viene a ti.
✍🏻 Escríbeme: si quieres contarme algo, estoy en martacapturadepantalla@gmail.com y no sabes la ilusión que me hace recibir vuestros mensajes.
Gracias por leerme
Marta